En el viaje de vuelta venía reflexionando sobre mis dos cursadas en esta cátedra, sobre los vínculos nuevos que me regaló y los viejos que afianzó. Adentrarse a la presencialidad después de empezar una carrera de forma virtual fue algo que no imaginaba iba a traerme tantas sorpresas. Estos cuatro meses significaron para mi un crecimiento enorme; no sólo aprendí de mis profesores de comisión sino también de mis compañeros y, más que nadie, de mis amigas. Más allá de los conocimientos técnicos que me dio esta cursada lo que más rescato es haber tenido un grupo que me acompañara en mis aciertos y en mis errores, y yo acompañar también a ellas. En momentos donde sentía que la incertidumbre se acercaba siempre hubo una mano del otro lado para guiarme.
Esta cátedra fue muy especial para mí en estos dos años, desde la primera clase de nivel uno, cuando no tenía idea de a dónde quería ir, hasta la última de nivel dos, todavía llena de incertidumbres pero con una mirada más clara de mi camino en el diseño.
Aún me quedan muchas cosas por aprender (como no abandonar trabajos individuales y confiar más en lo que se aprende en el camino) pero me siento preparada para hacerlo.
Ahora sí, este es mi trabajo de impermanencias, que en realidad se debería llamar inconsistencias ...
Comentarios
Publicar un comentario